martes, 24 de julio de 2012

Raquel Martos: “No puedes reírte de nada si no puedes reírte de ti”

Periodista, creativa, escritora y guionista. Colaboradora del programa El Hormiguero, dirigido por Pablo Motos en Antena 3. Los besos no se gastan es su primera novela. Ha participado además en los libros No somos nadie y No somos nadie 2, y junto con Laura Llopis escribió La chica que se quería quemar a lo bonzo. Aunque se declara tímida por naturaleza, sin embargo sabe afrontar una entrevista como si fueran un montón de besos.

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FOTO: MIGUEL ÁNGEL LEÓN

Los besos no se gastan. Por el título pensé que se trataba de un libro de autoayuda.

—Pues me dicen que se trata de un libro de autoayuda. Yo tampoco lo pensaba. Pero parece que sí.

—Las protagonistas de su novela, Eva y Lucía, sueñan con hacerse famosas. ¿Ese era también su sueño?

—No. Pero un día le dije a un maestro mío de la radio que presentía que algún día lo sería.

—Dice usted: “Soy tímida por naturaleza”. ¿Qué hacía entonces cuando quería besar a un hombre?

—Cerrar los ojos y dejarme llevar.

—Su novela no es solo para mujeres. ¿Qué podemos encontrar allí los hombres?

—Una historia de seres humanos que os va a encantar.

—Cuando Pablo Motos la fichó, dejó su pasión aparcada: la radio. ¿Le puede la nostalgia o se ha acostumbrado ya al éxito?

—Me gusta la tele más que el éxito y espero que la radio me espere.

—Su primer beso no fue como esperaba. ¿Se equivocó de hombre o por el cine intuía otras técnicas más depuradas?

—Me tocaba darlo. Era un trámite.

—Se siente contenta de que la gente se ría con lo que escribe. ¿En tiempos de crisis la risa es buena terapia?

—El humor nos salva de lo malo y los mejores chistes salen en los velatorios. Y eso me han enseñado de pequeña a mí.

—Los besos no se gastan. ¿Está convencida?

—Estoy segurísima. Yo tengo todavía un montón para dar. ¿Tú no? (Insinuante).

—Yo también, pero no le toca a usted entrevistarme ahora (ríe). Dice que es besucona. ¿De ahí el título de su novela?

—El título habla, más que de besos, de afectos. Pero sí. Soy besucona.

—Dígame en cinco segundos cinco tipos de besos.

—El beso casto. El beso de complicidad. El beso de pasión. El beso de despedida. Y el beso de quiero fundirme contigo.

—Dígame alguien a quien le gustaría besar que no sea un actor conocido.

—Me gustaría mucho besar a José Luis Sampedro.

—Los besos “quizá sea lo único que no puedan recortarnos”. ¿Está segura?

—Estoy segura. Ni la Merkel ni nadie. Ni los mercados.

—“Si hubiera sido valiente, hubiera sido actriz”. ¿Su vocación frustrada?

—No. Una de ellas. La de la comunicación era la grande.

—¿Los políticos dejarían de ser gente triste si se besaran entre ellos en vez de engañarnos a nosotros?

—Pero si no se ponen de acuerdo, cómo se van a besar.

—La risa nos salva. ¿Se ríe de usted misma?

—Mucho. No puedes reírte de nada más, si no puedes reírte de ti.

—¿Se atreverá a besarme cuando acabemos esta entrevista?

—Por supuesto. ¿Lo dudas?

—Entonces, ya no tengo más preguntas.

—Yo tampoco.

Publicada en el diario Córdoba el 9 de julio de 2012

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