miércoles, 27 de agosto de 2014

Peret: "No sé estarme quieto"

Ahora anda metido en el estudio de grabación preparando su último trabajo, un disco con canciones nuevas pero en el que también tendrán cabida cuplés y tangos, canciones que cantaba a los 12 años, cuando se inició en el mundo de la música. A principios de año publicará también un libro sobre la rumba catalana, un género que para él no es un palo “chico” del flamenco sino que hunde sus raíces en el rock.

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

FOTO: MIGUEL ÁNGEL LEÓN

Se llama Pere Pubill Calaf, pero todos le conocen como Peret. Nació en Mataró (Barcelona) hace 73 años. De éstos lleva 60 componiendo y cantando. Sus primeros éxitos son claros antecedentes de lo que después se llamó canción del verano. Serrat y Sabina le homenajearon en su última gira y ahora el padre de la rumba catalana llena conciertos con sólo gente joven. Viste chandal gris, calza deportivas y va tocado con una gorra negra. Las gafas de sol ocultan su mirada fija y serena. Su voz tiene más de predicador evangelista que de rumbero de éxito. Tiene barba de unos días y andares en los que los años y la enfermedad comienzan a hacerle estragos. Ya no hace el ventilador con la guitarra ni está de pie en el escenario durante todo el concierto. A veces se sienta mientras canta pero le sobra vida para rato. Mientras la tenga, al menos, no parará. Ése es su único secreto.

- 73 años. 60 dedicados a la música. Y está en sus mejores momentos.

- Creo que es el momento más importante de mi vida. A veces lo he dicho: “Esto que me está pasando a mí no me lo creo”. Porque a esta edad, conquistar a los jóvenes, no es nada fácil.

- A su edad podría vivir de las rentas, cantar las canciones de siempre, sin embargo investiga y renueva su repertorio. No le gusta quedarse quieto.

- No. No sé estarme quieto. Hay veces que sí. Hay ocasiones en que estoy en mi casa y viene un amigo y me dice: “¿No te aburres de estar mirando esta montaña?”, No, porque la montaña cada dos minutos es diferente. Cambia el sol, está nublado, no lo está. No me aburro, pero es que no sólo estás mirando la montaña, estás en silencio y estás aprendiendo y estás pensando cosas que, a lo mejor, si no estuvieran allí, no las aprenderías. El tiempo te enseña la naturaleza.
- ¿Qué tiene para conectar con los jóvenes a su edad?

- Nada. Si uno supiera, lo harías cuando te diera la gana. No soy pescador ni soy cazador de jóvenes. A lo mejor, quizás, lo que yo pienso también lo piensan ellos, aunque sea mucho mayor.

- Muchos grupos de pop y rock han popularizado la rumba catalana en los últimos años para acercarse a un nuevo público. ¿La rumba es una música comodín para otras músicas, útil para la fusión?
- Lo que puede hacer la rumba lo puede hacer el rock. Exactamente igual, porque el ritmo es el mismo. Si no hubiera existido el rock, no existiría la rumba catalana. La rumba catalana es el rock. Lo que ocurre es que dentro de esta rumba catalana hay diferentes formas de hacerlo o de expresarlo, pues la base viene del rock. Esto se puede combinar con muchas músicas, con casi todas las músicas. Quizás lo que es más difícil es el vals, pero “La lágrima” era un vals. Se puede combinar con todo.

- Ha dicho usted: “Hay por ahí muchos que dicen haber inventado la rumba y ni siquiera saben tocarla”.

- Sí, por su puesto, claro. Pero, bueno, la gente tiene que comer. Cuando vas y le dices algo, te dicen es que yo también tengo que comer. Sí, hombre, pero no muerdas la mano a quien te está dando de comer.

- ¿Cuántas veces ha repetido en su vida que es el creador de la rumba catalana?

- Unas cuantas, porque luchar contra una mentira… Yo estuve hace diez años retirado y en estos años pensaban que el muerto no estaba vivo, y entonces decían lo que querían. Se habían inventado un garrotín y después había venido la rumba. Y otros que la habían inventado ellos. Ahora para luchar contra esta mentira hay que traer pruebas, y esto es lo que he hecho yo: tener que demostrarlo.

- La historia que cuenta “El muerto vivo” ha aparecido muchas veces en la prensa, es como un tema recurrente. ¿Sabe si el muerto de esta canción está inspirado en un caso real?

- “El muerto vivo” no es un tema mío. Es una versión que yo hice de una música cubana y la transporté a la rumba catalana. Era un tema que había tenido muchísimo éxito y que ahora, aquellas cosas que ocurren, Serrat y Sabina la incluyeron en su repertorio, en su gira, y fue un éxito tremendo.

- Además de un éxito, también es un homenaje a usted.

- Exacto. A mí me han llamado de Argentina para decirme que Serrat y Sabina te están haciendo un homenaje aquí tremendo. Es verdad.

- Cuando descansa entre concierto y concierto, no lo hará para ver a la familia, porque suele viajar con buena parte de ellos.

- Ahora menos. Antes llevaba a casi todos, pero ahora menos.

- 60 años cantando y más de 700 canciones compuestas. ¿No le asustan los números?

- Es que no te das cuenta. Es como aquél que se saca un klínex y lo utiliza y lo tira y no pasa nada. Pero al cabo del tiempo aquello te agotaría. Esto se hace poco a poco, y cuando lo piensas, diez: “¿Todo esto he hecho yo?”. Sí, claro.

- Imagino que no se acordará de todas las canciones. Tal vez de alguna no dude si es suya.

- Fíjese. Me cuesta más recordar las del último disco que no las más antiguas. Por cierto, que aquellas se han cantado más veces y están grabadas. Sin embargo, las últimas son más difíciles.

- Prepara un libro que servirá, ha dicho, para “poner las cosas claras en su sitio”.

- Bueno, y para información, porque creo que la música de la rumba catalana necesita que se sepa lo que es. Por ejemplo, están hablando del ventilador como si uno aprende a hacer el ventilador éste y ya puede tocas rumba catalana. Yo no lo llevaré a éste conmigo. Tendrá que aprenderse todas las canciones que voy a cantar, porque cada canción tiene su ventilador. El libro hablará de la rumba catalana y también de la rumba flamenca.

- También prepara disco con temas nuevos y canciones que cantaba con 12 años. ¿Tiene ya el título?

- Ahora me meteré ya en el estudio a trabajar. Cuando son temas nuevos, la mayoría de las veces el título del disco lo pone el técnico. Habrá unas cuantas canciones que son cuplé. Hoy conocemos el cuplé de las folklóricas, de la bata de cola, pero hay un cuplé de los años 40 que era el de los hombres afeminados que sacaban unos trajes preciosos y cantaban unas canciones como si fueran dirigidas a una mujer pero que iban dirigidas al hombre, con unas letras fantásticas. Yo, en aquella época, cuando yo tenía 12 años, había cantado canciones de éstas, vestido de corto, de flamenco. Pues habrá alguna canción de éstas. Habrá algún tango y algo que yo he compuesto ahora últimamente.

- Un enfisema pulmonar le apartó de la música unos años. ¿La enfermedad le hace pensar en la vida?

- No pienso en la enfermedad porque la estoy viviendo. Y para muchos años que la pueda vivir. Mientras la pueda soportar. Lo que me da es ganas de trabajar. Yo siempre he tenido ganas de trabajar, pero quizás ahora tengo más ganas de hacer cosas porque crees que te queda menos tiempo, como es lógico, y quiero aprovechar ese tiempo, pero, vamos, todos tenemos que enfermar. Hay que aceptarlo. Y cuando son cosas, como en este caso, que no tienen solución, lo único que puedes hacer es cuidarte y olvidarte y cuando venga pues ya está.

- ¿La rumba catalana es la música gitana más urbana?

- La rumba catalana es gitana. No es flamenca, como algunos han pretendido. Tendrían que contar el porqué es flamenca, porque cuando yo puse las palmas en la rumba catalana los flamencos no hacían estas palmas. Cada cual hacía lo que le daba la gana. Entonces ha habido algún flamencólogo que no sé por qué ha pensado que la rumba catalana era un palo chico del flamenco. No. Yo diría que es un palo que ha dado muchísimo que comer a los flamencos.

- En la rumba catalana la letra cobra una enorme importancia. Tiene algo de guasa, surrealismo, incluso de denuncia. Es una manera de mirar la vida.

- Sí, vamos a ver. “Es diferente” es una forma de ver la vida. Es preferible reír que llorar. No es mía esta frase. Esta frase era de un joven que estaba en el manicomio porque una mujer lo había abandonado, y mi madre y mi abuela iban a verle y al verle tan guapo y tan buena gente y enfermo de aquella manera, se le saltaban las lágrimas, y él les cogía las manos y se las besaba, y les decía: “¿Por qué lloráis? No lloréis. Es preferible reír que llorar”. Y de aquí vino la canción. Son sentimientos.

- Ha dicho usted: “Las prostitutas realizan un trabajo como otro cualquiera y no perjudican a nadie”.

- Por supuesto. Este padre y esta madre que tienen siete hijos, y han tenido una prostituta, han tenido mucha suerte, porque es la que se va a hacer cargo de ellos cuando sean mayores. Ésta es mi experiencia. Esto es lo que yo he vivido, lo que yo he visto.

- Usted vivió la posguerra. Este país ha cambiado tanto desde entonces. ¿Cómo recuerda aquella España?

- Yo como la recuerdo es en blanco y negro, pero con una alegría tremenda que no la hubiera cambiado por ningún país del mundo. Y ahora está en colores, pero sin alegría. No hay alegría. Y esto lo estoy diciendo ahora en este país que es el país de la alegría. Andalucía es España y el país de la alegría, pero supongo que el que lea esto se dará cuenta y dirá: “Pues es verdad”.

- Usted aprendió a leer leyendo los letreros en los tranvías. No le enseñó nadie.

- No teníamos tiempo. Mis padres viajaban continuamente. Estábamos cuatro días en un sitio, seis en otro, y no había tiempo.
- ¿Experiencias como ésta le inspiraron canciones como “Borriquito”?

- “Borriquito” es una canción protesta, defendiendo nuestra música. Nuestra música puede ser el chotis o puede ser una jota o puede ser unas sevillanas. Cuando los jóvenes se cambian incluso de nombre porque quieren parecerse a los americanos o a los ingleses, por eso dice “me llaman Peter y mi nombre es Pedro”, que con seis letras hacen mil canciones, porque cien canciones no decían nada, y ellos querían hacer esa música. Y luego había un público que era el que aplaudía a los jóvenes éstos que eran los que hacían aquella música. Era una canción protesta y al mismo tiempo intentando defender nuestra música.

- El 27 de noviembre de 1982 tuvo una revelación y se hizo pastor de la Iglesia Evangélica de Filadelfia. ¿Qué vio o qué no le gustaba de la vida para desaparecer durante diez años y qué le movió luego a volver?

- Era un momento muy bueno de mi vida. Yo, en aquel momento, estaba entrando en Estados Unidos. Recuerdo que estaba en Miami y me pasaba el día escuchando un programa de radio. Unos programas que hacían evangélicos. Y me gustaba aquello porque me hacía sentir el amor de la palabra. Y cuando me hacían entrevistas, yo no me daba cuenta y tenía que hablar del Evangelio. Yo no había sido nunca creyente. Fue una de las grandes experiencias que he tenido en mi vida, y no me arrepiento en absoluto de ello, pero perdí una gran ocasión de estar en Estados Unidos, porque dije no trabajo más y me voy a dedicar a predicar. No sé si fue bueno o fue malo, pero estoy muy feliz con todo aquello.
- Mientras estuvo apartado se dijeron muchas.

- A mí la prensa me visitaba, aunque no hubiera tenido un éxito, y me hacían entrevistas, pero a la iglesia no venía nunca nadie, y a mí me hubiera gustado.

- “Yo no presumo de ser buen cantante o buen guitarrista…”. De algo presumirá.

- Tenemos vanidad. Hay unas formas que ofenden. Sacas dinero del bolsillo, y a lo mejor uno que te está viendo allí no ha comido ese día. Si sacas dinero, por lo menos repártelo. Esto ofende. Pero hay otras formas de presumir que no ofenden, pero quieras o no hasta puedes presumir de humilde. Yo leo a Pablo y digo: “Cómo presume Pablo de humildad”. Todos presumimos.

- Por Andalucía ha venido poco.

- A mí cuando me dicen España, digo Andalucía. Y es seguramente el lugar que menos he visitado trabajando. Incluso hay gente que piensa que yo soy andaluz.
- ¿Qué le pide todavía a la vida?

- Salud. Esto es lo más importante. Salud. Cuando hay salud, puedes luchar, puedes coger el camino que quieras y luchar, pero cuando no hay salud, se acabó. Pero creo que lo más importante que hay en esta vida es el amor. No hay nada tan importante. El amor, hombre, claro que sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario