Agustín Díaz Yanes es director de cine, guionista y escritor. Aunque, en realidad, le hubiera gustado ser matador de toros pero, eso sí, de los buenos. Ha dirigido Alatriste o Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Ahora se adentra en la literatura con la su primera novela: Simpatía por el diablo, un thriller ambientado en la España actual, en la que los poderes económicos neutralizan la política en una trama de corrupción.
FOTO: MIGUEL ÁNGEL LEÓN
—Exactamente igual que la vida.
—Yo creo que Rajoy nos lo dice a nosotros.
—A una parte. No a toda. A una parte.
—Muy malos tiempos para el cine y creo que también para la novela. O sea, que he hecho un bocadillo con hostias, que se dice.
—Hombre, sí, sí, sí. Sin comparación. Lo que más me hubiera gustado es ser matador de toros, pero bueno.
—Sí, completamente. Es que nunca he entendido muy esta polémica. Si tú preguntas a los españoles, en general, no mucha gente tiene muchas ganas de que se acaben las corridas de toros, aunque no vayan a verlas.
—Sí. Hemos entrado en una pequeña obra en decadencia que ha ido lentamente corroyéndolo todo. Después de Suárez y González, no ha sido lo mismo.
—En el rock and roll sí. En otras cosas, no. En la sanidad, no. De todas formas, cada vez creo más, pero es la edad, con algunos amigos, que todo empezó a decaer en el año 65.
—Ojalá, joder. Habría hecho medianamente bien mi trabajo.
—No. No es que no esté dispuesto. Preferiría, hoy por hoy, que lo hiciera alguien que no fuera yo. Yo ya me la conozco demasiado y seguir otro año más con los mismos personajes, no tengo ganas.
—Voy a intentar, que no creo que lo logre, pero ojalá, compaginar las dos cosas.
—Muy mala pinta. Muy mala pinta, porque se ha llevado por delante a presidentes de gobierno, algunos muy importantes, y, en cambio, de los banqueros, ha dimitido alguno, como Rato, pero sin ningún problema. No se los ha llevado por delante. Han dimitido y se van a su casa con una indemnización muy buena.
—Del resto, me interesan mi familia, mis amigos, pasear, ir a la playa, leer. Pero lo que más me interesa son los toros. Sí.
FOTO: MIGUEL ÁNGEL LEÓN
—Simpatía por el diablo. Un thriller ambientado en la España actual donde los poderes económicos neutralizan la política. Como la vida misma.
—Exactamente igual que la vida.
—“Por primera vez en la historia del mundo, la política ha muerto”. ¿Se lo ha dicho a Rajoy?
—Yo creo que Rajoy nos lo dice a nosotros.
—Decepcionado con la izquierda saliente, que ha perdido el contacto con la realidad y a la que le encanta la gente rica.
—A una parte. No a toda. A una parte.
—Con esta novela, abre su carrera literaria. ¿Malos tiempos para el cine?
—Muy malos tiempos para el cine y creo que también para la novela. O sea, que he hecho un bocadillo con hostias, que se dice.
—Pero antes que las películas y los libros, le hubiese gustado ser torero.
—Hombre, sí, sí, sí. Sin comparación. Lo que más me hubiera gustado es ser matador de toros, pero bueno.
—Hijo de torero y defensor de la fiesta, lo tiene claro: “Guste o no guste, los toros forman parte de la vida española”.
—Sí, completamente. Es que nunca he entendido muy esta polémica. Si tú preguntas a los españoles, en general, no mucha gente tiene muchas ganas de que se acaben las corridas de toros, aunque no vayan a verlas.
—Hemos tenido mala suerte con la clase política. Según usted, después de Suárez y González, nadie sabe qué hacer con España.
—Sí. Hemos entrado en una pequeña obra en decadencia que ha ido lentamente corroyéndolo todo. Después de Suárez y González, no ha sido lo mismo.
—Simpatía por el diablo es un claro homenaje a la mítica canción de los Rolling Stones. ¿De roquero solo le queda la sensación de que otros tiempos fueron mejores?
—En el rock and roll sí. En otras cosas, no. En la sanidad, no. De todas formas, cada vez creo más, pero es la edad, con algunos amigos, que todo empezó a decaer en el año 65.
—Esta historia comenzó siendo un guión. Le propusieron escribir una novela, pero se dejó llevar por su técnica de guionista, con guión escaleta incluido. ¿Será por eso que su novela se ve cuando se lee?
—Ojalá, joder. Habría hecho medianamente bien mi trabajo.
—Según usted, se podría llevar al cine como película de miedo, como comedia de Berlanga y Azcona o como thriller policiaco. Pero usted no está dispuesto a hacerlo.
—No. No es que no esté dispuesto. Preferiría, hoy por hoy, que lo hiciera alguien que no fuera yo. Yo ya me la conozco demasiado y seguir otro año más con los mismos personajes, no tengo ganas.
—Lleva años acariciando llevar al cine el proyecto Madrid Sur, pero los tiempos no son benignos. ¿La literatura es un proyecto de futuro?
—Voy a intentar, que no creo que lo logre, pero ojalá, compaginar las dos cosas.
—“La crisis se ha llevado a 17 jefes de gobierno, pero no ha caído ningún banquero”. ¿Tiene esto mala pinta?
—Muy mala pinta. Muy mala pinta, porque se ha llevado por delante a presidentes de gobierno, algunos muy importantes, y, en cambio, de los banqueros, ha dimitido alguno, como Rato, pero sin ningún problema. No se los ha llevado por delante. Han dimitido y se van a su casa con una indemnización muy buena.
—En fin, que lo único que le interesa ya son los toros y del resto poco más.
—Del resto, me interesan mi familia, mis amigos, pasear, ir a la playa, leer. Pero lo que más me interesa son los toros. Sí.
Publicado en Diario Córdoba el 10 de julio de 2012
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