Cuenta con una de las carreras diplomáticas más destacadas de la historia reciente de este país. Así lo cuenta en Los presidentes y la diplomacia. Me acosté con Suárez y me levanté con Zapatero. Inocencio F. Arias viaja en estas páginas por la política internacional española de los últimos años para reseñar y analizar los errores y aciertos, las anécdotas por supuesto también, de los cinco presidentes de la democracia, desde Adolfo Suárez hasta José Luis Rodríguez Zapatero.
FOTO: MIGUEL ÁNGEL LEÓN
—El subtítulo de su libro reza así: Me acosté con Suárez y me levanté con Zapatero. ¿No eran demasiados en la cama?
—El título está destinado a llamar la atención, pero quiero dar a entender mi sorpresa porque Zapatero fue el peor de los cinco presidentes en política exterior.
—¿No le hubiera gustado haber compartido estos momentos actuales de desconcierto?
—Bueno, son para un economista, y yo no lo soy. Pero he intentado ser siempre fiel al Gobierno y habría trabajado.
—¿Cómo ve ahora a España en el mundo con la que tenemos dentro?
—Mucho mejor que hace 35 años, pero peor que hace 12.
—Usted fue director general del Real Madrid. Habrá respirado con el adiós a Pep Guardiola.
—Es una buena noticia para el Madrid. Mala para el fútbol.
—Después del desfalco de Bankia, de los safaris del Rey y de los juegos de manos de Urdangarin, la imagen que la prensa internacional tiene de este país no es la mejor.
—No. Ha sido mejor hace 12, 14 y 18 años. Con todo, no es pésima. El Rey, por ejemplo, sigue teniendo un gran prestigio en el exterior.
—Suárez ha sido el más seductor de los cinco presidentes.
—Sin ninguna duda. Sobre todo, en las distancias cortas.
—¿Lo veía en la mirada de las señoras?
—En la mirada de las señoras e incluso de los caballeros. En la de las señoras, ciertamente.
—Calvo Sotelo fue el presidente más culto de todos y el más irónico. Desde luego, se reiría por dentro.
—Era con diferencia el más culto y el que tenía un sentido más irónico de las circunstancias y de los acontecimientos.
—“Todos los presidentes han estado a la altura, menos Zapatero”. ¿No es muy duro con Zapatero y demasiado benevolente con Aznar?
—No. Aznar defendía unas ideas, que se pueden aprobar o no, pero me revienta que se le acuse en base a falsedades y a patrañas. Y en lo tocante a Zapatero, no fue un desastre, como dicen los peperos, pero fue el menos preparado, el más flojo y el que menos se encontraba a gusto en el circo exterior.
—“En la vida de nuestro rey hay un antes y un después del elefante”. ¿A cuál de tantos elefantes se refiere?
—Me refiero a ir a cazar en un momento en que irse a cazar no es el más adecuado. No porque cazara elefantes, sino por el hecho en sí con la que estaba cayendo.
—¿Fue Felipe González el mejor embajador de España en el extranjero?
—No. El mejor embajador de España ha sido el Rey por varias razones. Es una persona muy respetada y ha estado más tiempo que Felipe González. Pero Felipe fue muy respetado. También lo fue Aznar.
—Ninguno de nuestros presidentes sabía hablar inglés. ¿Por qué no les propuso veranear en Gibraltar y de paso reivindicar el Peñón?
—El que fuesen ido a veranear a Gibraltar hubiese sido una bajada de pantalones, pero al próximo presidente que venga después de Rajoy hay que exigirle que hable inglés o al menos que lo entienda.
—Ve a Rajoy en Europa como un dirigente serio. ¿No le percibe demasiado optimista para el currículum que lleva?
—Sí. No es irrealista, pero le veo levemente optimista.
FOTO: MIGUEL ÁNGEL LEÓN
—El subtítulo de su libro reza así: Me acosté con Suárez y me levanté con Zapatero. ¿No eran demasiados en la cama?
—El título está destinado a llamar la atención, pero quiero dar a entender mi sorpresa porque Zapatero fue el peor de los cinco presidentes en política exterior.
—¿No le hubiera gustado haber compartido estos momentos actuales de desconcierto?
—Bueno, son para un economista, y yo no lo soy. Pero he intentado ser siempre fiel al Gobierno y habría trabajado.
—¿Cómo ve ahora a España en el mundo con la que tenemos dentro?
—Mucho mejor que hace 35 años, pero peor que hace 12.
—Usted fue director general del Real Madrid. Habrá respirado con el adiós a Pep Guardiola.
—Es una buena noticia para el Madrid. Mala para el fútbol.
—Después del desfalco de Bankia, de los safaris del Rey y de los juegos de manos de Urdangarin, la imagen que la prensa internacional tiene de este país no es la mejor.
—No. Ha sido mejor hace 12, 14 y 18 años. Con todo, no es pésima. El Rey, por ejemplo, sigue teniendo un gran prestigio en el exterior.
—Suárez ha sido el más seductor de los cinco presidentes.
—Sin ninguna duda. Sobre todo, en las distancias cortas.
—¿Lo veía en la mirada de las señoras?
—En la mirada de las señoras e incluso de los caballeros. En la de las señoras, ciertamente.
—Calvo Sotelo fue el presidente más culto de todos y el más irónico. Desde luego, se reiría por dentro.
—Era con diferencia el más culto y el que tenía un sentido más irónico de las circunstancias y de los acontecimientos.
—“Todos los presidentes han estado a la altura, menos Zapatero”. ¿No es muy duro con Zapatero y demasiado benevolente con Aznar?
—No. Aznar defendía unas ideas, que se pueden aprobar o no, pero me revienta que se le acuse en base a falsedades y a patrañas. Y en lo tocante a Zapatero, no fue un desastre, como dicen los peperos, pero fue el menos preparado, el más flojo y el que menos se encontraba a gusto en el circo exterior.
—“En la vida de nuestro rey hay un antes y un después del elefante”. ¿A cuál de tantos elefantes se refiere?
—Me refiero a ir a cazar en un momento en que irse a cazar no es el más adecuado. No porque cazara elefantes, sino por el hecho en sí con la que estaba cayendo.
—¿Fue Felipe González el mejor embajador de España en el extranjero?
—No. El mejor embajador de España ha sido el Rey por varias razones. Es una persona muy respetada y ha estado más tiempo que Felipe González. Pero Felipe fue muy respetado. También lo fue Aznar.
—Ninguno de nuestros presidentes sabía hablar inglés. ¿Por qué no les propuso veranear en Gibraltar y de paso reivindicar el Peñón?
—El que fuesen ido a veranear a Gibraltar hubiese sido una bajada de pantalones, pero al próximo presidente que venga después de Rajoy hay que exigirle que hable inglés o al menos que lo entienda.
—Ve a Rajoy en Europa como un dirigente serio. ¿No le percibe demasiado optimista para el currículum que lleva?
—Sí. No es irrealista, pero le veo levemente optimista.
Publicado en el diario Córdoba el 11 de agosto de 2012
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