viernes, 8 de marzo de 2013

María Teresa Campos: “Letizia no perdona a Cristina lo que haya pasado”

Periodista y presentadora de televisión. Inicia su trayectoria profesional en la radio. Líder de audiencia con sus programas en TVE y Telecinco durante quince años. María Teresa Campos publica su sexto libro, Princesa Letizia, una historia ficticia basada en hechos reales. Ha recibido multitud de galardones. Entre otros, varios TP de Oro, Premios Ondas, Micrófono de Oro, dos Premios Meridiana y el Premio Clara Campoamor por la defensa de los derechos de la mujer.

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FOTO: MIGUEL ÁNGEL LEÓN

—Dedica el libro de Letizia a Letizia “apelando a su sentido del humor”. ¿Cree que lo conseguirá?

—Pues eso solo lo sabrá ella porque, lógicamente, nunca me lo va a decir.

—Pudo haber dado la primicia del compromiso del Príncipe con Letizia. Pero no lo hizo. ¿Alguna vez sintió que la bomba le había estallado en las manos?

—Es que cuando terminó el programa, yo no tenía el nombre. El nombre lo tuve después. Y ya había terminado el programa. Lo que sentí más bien es que no había podido detonar la bomba (ríe).

—¿Por qué Terelu jugó a las adivinanzas? Felipe tiene novia. Ella tiene nombre de magdalena. ¿Alguien se acordaría de Marcel Proust?

(Ríe). La bisnieta de Marcel Proust. No. Tenía cierto pudor porque nos habíamos equivocado muchas veces.

—Usted denomina “travestismo literario” a esta técnica de suplantar la personalidad de otro. Defíname el streptease psicológico de Letizia.

—Su exigencia personal. Su exagerado perfeccionismo que, por una parte, parece fragilidad, pero autosuficiencia por otra. Es una mujer que en muchas cosas está muy segura de sí misma, pero no he podido llegar en mi streptease a saber hasta qué punto eso es una fechada.

—A Letizia le empacha la campechanía de Don Juan Carlos, el peinado eterno de Doña Sofía, no le entusiasman las cuñadas. ¿Se habrá equivocado de familia?

—No. Ella no ha elegido esa familia. Dice: “Tienen que saber que yo no he venido. Me ha traído él”. Yo creo que ella no habla mal de sus cuñadas. Me parece que a Elena le tiene un cierto afecto, que a Cristina se lo ha tenido más, pero que, yo creo, en el fondo no le perdona que haya pasado lo que haya pasado y que, en el trabajo que ellos están haciendo por el futuro de la monarquía, eso sea un obstáculo.

—Este no es un libro autorizado por la Casa Real.

—Estaría bueno que la Casa Real tuviera que autorizar los libros que se publican.

—¿Nunca sintió la tentación de entrevistar al personaje para describirlo mejor?

—Hombre, eso es lo que más hubiera gustado del mundo, pero sé que es imposible. Por lo tanto, no lo he intentado.

—No es un libro autocomplaciente, pero los temas espinosos no están aquí.

—Están insinuados.

—¿Se ha autocensurado en algún momento?

—No. He hecho lo que a mí me parecía correcto hacer, lo que yo sentía. Al intentar suplantar su personalidad, lógicamente yo no podría decir cosas que fueran lo suficientemente duras y hacer daño a terceras personas en cosas que yo no tengo seguridad de que ella las piense así.

—Me da la impresión de que lo positivo de la princesa es que ha cambiado a Felipe. ¿Está de acuerdo?

—Sí. Yo estoy de acuerdo. Yo creo que el príncipe era un hombre más bien serio y tímido, y hoy es un hombre con más seguridad. Por fin se un Borbón que sabe hablar. Eso se le nota en los discursos. Y ella ahí podía aportar porque ha sido una estupenda profesional de esto. Y con la ropa también. El príncipe va muy moderno.

—“A veces ser princesa es una gran y soberana putada”.

(Ríe). Ella lo piensa por todo aquello que ella querría ser y no puede.

—¿Ha cambiado Letizia desde que es princesa de Asturias?

—Sí. En lo fundamental, eso solo lo sabrá ella y los que la conocían de antes. Pero yo creo que ella se ha adaptado a su papel muy bien. Muchos defectos como princesa no se le pueden sacar.

—¿Piensa que muchas jóvenes españolas se sienten identificadas con el destino de Letizia? ¿De que el cuento de hadas puede ser real?

—Yo creo que las chicas de hoy no piensan en eso. Y creo que no pensaba ni ella. La vida se lo ha puesto en su camino. Las mujeres de hoy lo que quieren es un hombre que las comprendan, que considere que existe una igualdad entre ellos e ir codo a codo. Eso también se puede hacer con un príncipe, solo que a la hora de la verdad el rey es él.

—Dice en su libro sobre la madre de Leticia: “… tan republicana y tan de izquierdas y le sale una hija princesa”. ¿La madre la habrá perdonado?

(Ríe). Yo creo que sí. Yo creo que ella tiene una buenísima relación con su madre. Aunque sea princesa, hay muchas cosas que comparte con ella. De todos ellos, el personaje más digno es la madre”.

—Letizia ha traído al mundo a la futura reina de España. ¿Solo por eso le ha valido la pena?

—Bueno, para mí como mujer, sí. Quitarle y ponerle el sitio al varón, ya no va con los tiempos. Por tanto, eso abre un camino de normalidad. Tampoco en la historia de España ha habido grandes reinas.

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