miércoles, 5 de junio de 2013

Mamen Sánchez: “Siempre es mejor que te roben el corazón que el piso”

Subdirectora adjunta de la revista ¡Hola! Y directora de ¡Hola! México. Autora de libros infantiles y de novelas como Agua del limonero o Juego de damas, Mamen Sánchez ahora publica la novela La felicidad es un té contigo, un cóctel que contiene, según se lee en la solapa del libro, tres partes de comedia de enredo, una parte de thriller y abundantes gotas de desparpajo, un brebaje que dista mucho de lo que podría ser un té inglés.

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—Leo en la contraportada de su libro un aviso a los lectores: “Esta novela puede afectar seriamente su percepción pesimista de la realidad”. ¿Pretende crear más paro entre el colectivo de los psicólogos?

(Ríe). Que los psicólogos curen otro tipo de enfermedades, pero el pesimismo yo creo que los psicólogos no tienen que curarlo. Tiene que curarlo uno mismo.

—Advierte al lector también de que con este libro le pueden entrar ganas irrefrenables de enamorarse. Primero, intentan quitarnos el piso. Y ahora usted nos roba el corazón. ¿Adónde vamos a llegar?

(Ríe). Siempre es mejor que te roben el corazón que el piso o la cartera. Es más agradable.

—En otros libros nos hablaba de lujo y nobleza. En este nos sumerge en la España más profunda. ¿Ha sobrevivido a la experiencia?

—Vamos. A base de jamón y de guitarras. No solo he sobrevivido. Es que me lo he pasado fenomenal.

—¿Es conveniente en tiempos de crisis escribir una novela romántica en clave de intriga y con toques de humor?

—Yo creo que sí, precisamente es lo que hace falta, lo que apetece. Un quitapenas.

—Su novela tampoco escapa a los efectos que la crisis está provocando en la profesión periodística. ¿Tan negro ve el panorama o sabremos adaptarnos al futuro?

—Los periodistas hemos salido de todo a lo largo de la historia. Yo creo que éramos periodistas hasta en las cavernas y luego con los pergaminos. ¿Cómo no vamos a adaptarnos nosotros si somos unos supervivientes? Claro que sí.

—Esposa, madre de familia numerosa, empresaria, escritora y periodista. ¿No andará buscando trabajo en las horas libres?

(Ríe). Pues justo trabajo, no. Lo que busco son horas libres y no las encuentro.

—Para escribir esta novela, se basó en anécdotas familiares. ¿Le inspiran más sus primos y abuelos que las historias del papel cuché?

—En esta novela, sí. La verdad es que tiene muchas anécdotas familiares. Estamos muy divertidos en la familia leyendo esta novela porque reconocemos las anécdotas y todo. En este caso, sí. Nunca se sabe en el futuro.

—Dice Ana María Matute: “Hacía tiempo que no disfrutaba tanto leyendo un libro”. ¿Es el mejor piropo que le puedan echar?

(Ríe). Sí. Sin duda alguna. A mí me ha tocado un premio con Ana María Matute. Ella leyó el libro y eso fue lo que dijo. Rápidamente le pedimos permiso: ”¿Podemos decirlo?”. Imagínate tú lo que son las palabras de Ana María Matute para darle categoría a un libro.

—Ha escrito una comedia de amor y humor. ¿No me dirá que el amor es cosa de risa?

(Ríe). El amor lo cura todo. El amor es, al final, lo que da la solución. En el libro, igual.

—Una pregunta estúpida. ¿No se debería escribir en la prensa del corazón con más corazón?

—O con más sentimientos. ¿No? Bueno, algunas revistas somos más amables que otras.

—También ha escrito literatura infantil. ¿Sobrevive mejor a estos tiempos los libros para niños que el periodismo o la literatura para adultos?

—Pues no tiene por qué. Yo creo que son amores diferentes, pero todos son amores.

—¿Tal como está la profesión, cree que algún periodista en paro, como las cinco mujeres desesperadas de su novela, sería capaz de cualquier cosa por conservar su trabajo?

—Tú ponnos a prueba (ríe). Sí. Cuando llegan las situaciones límite es cuando el ingenio se pone en marcha.

Publicado en el diario Córdoba el 15 de mayo de 2013

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