jueves, 6 de junio de 2013

Hace tanto tiempo

Después se quedó pensando. Apenas. Nada más. El e-mail era breve y conciso. También sentencioso. Como un proverbio. Pero era una despedida. Sin argumentos. Sin escaramuzas literarias. Un telegrama bien escrito. Frío y delgado, como la hoja de un cuchillo. Y con iguales resultados si hundimos en él la piel. Estaba escrito sin alma. Frases de un desconocido. Solo reconoció la firma y la fecha. Tampoco le deseaba ningún parabién. Nada más era un adiós construido con varias palabras cuyo significado ya conocía. Le dio a suprimir. Y fue como si parte de su vida se evaporara en un instante.

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

Más tarde encendió el móvil y marcó el número de alguien a quien no amaba. Desde afuera, parecía que sonreía, pero en su yo más profundo tampoco ella se reconocía. Cuando volvió a apagar el móvil, sabía que se arrepentiría de haber adoptado aquella decisión. Nunca le gustó aquel hombre, pese a que intentó seducirla tantas veces. Ahora le pareció un reto incluso. Pero ya lo había decidido. Se vistió para la ocasión. La noche estaba perfumada de aromas nuevos.

Cuando salió de la casa, su expresión era otra, y todavía aquel hombre no había comenzado a desnudarla. Sintió asco, o algo parecido. No por él, sino por ella. No sería la primera vez. Ahora ya bien poco importa. Le habló de aquel e-mail, pero el hombre no escuchaba afanado en el éxito de su delirio. Ella se dejó hacer, como lo haría tantas veces. Mientras se dejaba llevar a aquel paraíso arrebatado, intentaba descifrar el significado fatídico a aquel e-mail. Hace mucho de eso, piensa. Era tan joven.

Si lo desea, puede compartir este contenido:

No hay comentarios:

Publicar un comentario