sábado, 12 de octubre de 2013

Libros

No le digas que vine. Ese dolor no tiene reparación posible. Ella lo sabe. Vive nada más pensando en qué momento se equivocó, dónde pisó para que la tierra se desmoronara a sus pies. Poco importa. El mundo es ancho y adonde fui y adonde retornaré cualquiera se puede permitir el lujo de olvidar percances del pasado. Solo vine para recoger estos libros, otros objetos; en fin, menudencias sin importancia que me recuerdan quién fui. Ella vive atrapada en días de desasosiego inventando aún un futuro que pretende reconstruir desde los rescoldos de un pasado que ella misma apagó. No le digas que volví. Si pregunta por los libros, que no lo hará, porque ni siquiera sabrá que estaban aquí ni los echará de menos, comprenderás por qué quiero que no le digas que volví solo para recogerlos. Es la parte de mi vida que nunca compartimos y que siempre eché de menos allá adonde fui.

No hay comentarios:

Publicar un comentario