viernes, 6 de diciembre de 2013

Felices fiestas

Nada queda después. Corres sin saber de qué ni quién te persigue. Dedicas demasiadas horas a quehaceres que por iniciativa propia dejarías arrinconados detrás de la escalera. Rechazas esa invitación que durante tiempo esperabas y, sin saber por qué, te dispones a rechazar por alguna razón que los demás desconocemos y que a ti tampoco te convence. Vamos dejando a un lado cuanto antes era imprescindible en nuestras vidas. Tanto, que ahora sabemos que incluso se puede vivir sin razones y sin horizontes. Es más: podríamos afirmar sin temor a dudas que se puede vivir solo por vivir.

¿Hasta aquí hemos llegado? Lejos de esa rubia que nos enturbia los sueños, sin haberle soltado una frase grosera o un puñetazo a ese jefe imbécil o a ese compañero comehostias que se arrastra por el suelo por ascender algún día en el escalafón profesional, algo que no sucederá jamás. Lo grave del asunto es que él lo sabe. Qué hacemos acurrucados en la mesa camilla para espantar al frío y los fantasmas.

Creo que llega Navidad. Siempre que comienzo a disparatar así porque sí, algo ocurre. Serán estas fiestas. Después nada queda, pero mientras tanto, aquí estamos. Felices fiestas a quienes ya estén inmunizados. ¿Cantará Raphael también este año en la tele? Sin él, igual la Navidad me parece una liberación. Belén, campanas de Belén. Me pongo los cascos a ver si cantan otra cosa. Felices fiestas. Nos vemos en enero.
PARA LA FOTO

No hay comentarios:

Publicar un comentario