sábado, 28 de diciembre de 2013

Un sueño ajeno

Cuando despertó, no se encontraba en su cama, ni reconoció a la mujer que dormía a su lado. Aquella tampoco era su habitación. Se asomó a la ventana y se sintió fuera de lugar. Bajó a la calle y recorrió varios kilómetros, pero se sintió extranjero en una ciudad que no lograba identificar. No supo cómo pudo suceder. Subió de nuevo al apartamento donde dormía aquella mujer. De repente, lo entendió todo. Habitaba un sueño que no era suyo; es decir, un sueño que nunca él pudo haber soñado. Se metió de nuevo en la cama e intentó dormir sin conseguirlo. Cuando lo logró, creyó que volaba por encima de la ciudad. Desde entonces, no sabemos nada de él. Como diría Machado: quién sabe si despertó.

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