sábado, 4 de octubre de 2014

Paisaje volcado

Abrió el libro por cualquier página y supo que el destino no lo rige el azar. Leyó aquella frase que era su vida telegrafiada, exacta, medida, gemela. La puso del revés para verle los descosidos, y se encontró con los remiendos de su alma. Ante la duda, buscó otra frase, y ya no le cupo duda: alguien había escrito su vida venidera. La otra, la ya vivida, no le interesa ni a él ni a nadie. Tampoco ocuparía un lugar destacado en su memoria.

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

En aquel vacío inmenso que asolaba sus recuerdos, había reservado espacio suficiente para un futuro que siempre imaginó benigno. Pero ahora sabía que no. Supo, por más señas, que el tiempo pretérito y el aún por masticar estaban fabricados de la misma materia. Cerró el libro y vio un paisaje de piedras peladas y tierra seca salpicada de raíces muertas. Al fondo, un sol enorme y rojo desdecía del entorno. Le entró la duda, deslumbrado por aquella luz que le impedía abrir los ojos. Y supo que, cuando perdemos la mirada, el paisaje se pierde o se diluye o descompone, tal vez, muy próximo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario