martes, 1 de septiembre de 2015

Se equivocó de sueño

Ella duerme. Después de un día agotador, duerme. Mañana –aún no lo sabe- conocerá otro mundo. Tendrá un despertar sinuoso. Por la ventana alcanzará a ver los rayos de luz que iluminan un día distinto. No lo sabe todavía, pero al abandonar la cama no reconocerá la habitación y se sentirá un cimbel utilizado y aturdido que no encuentra ubicación posible en otra existencia que no le corresponde. Se siente impostora de una vida fraudulenta que alguien le prestó en un sueño.
® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

No le importa culpar al azar de estos pormenores que maquillan un futuro de difícil diagnóstico. Es verdad que ya estaba cansada de sus rutinas, de sus vaivenes de mujer triste. Después salió a la calle, donde una algarabía inusual alteraba el ritmo monocorde de la semana. No le bastó más tiempo para entender que le habían cambiado la ciudad. No sabía aún si la prefería a la propia, si andar calles que desconocía le aturdía o le levantaba la libido. Optó por volver al apartamento y meterse en la cama. No había dormido lo suficiente y le daba la impresión que se había equivocado de sueño.

Ya empezaba a cambiarle la piel y la voz. Se miró al espejo y apenas se reconocía. Ya apenas era ella misma, pero tampoco reconocía a ese otro ser que habitaba su piel. Comenzó a amar sus días grises, la armonía imposible de una vida dilapidada en aventuras hueras y noches de fiestas sin confeti y sin champán. Se metió en la cama por miedo a que su vida fuese esa otra. Cuando despertó, solo pensó que llegaba tarde al trabajo. Sintió un alivio insano que no todavía hoy no la deja respirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario