jueves, 25 de abril de 2013

Casa tomada

La vida ha hecho de él un hombre parco en palabras, austero en los gestos, contenido en las algarabías, prudente en las noches de farándula, desconfiado de los bancos, parroquiano de pocas tabernas, alérgico a túnicas y uniformes, precavido con las faldas, evocador de versos intraducibles, degustador de vinos baratos, lector del lenguaje de las estrellas, invidente frente a la luz, murciélago en la noche, etcétera.

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

La crisis económica sencillamente ha potenciado sus dudas, ha calmado sus desesperanzas, le ha amansado la furia –si alguna vez la tuvo-, ha enmudecido sus desaprobaciones, le ha confortado en los cambios inevitables, pero no le ha sacado de la boca una mala palabra, ni un momento de desasosiego, ni frase soez contra el sistema, contra quienes le oprimen. Sigue siendo como antes, aunque más dócil, más enigmático, más neutral. No escucha la radio porque ya no sabe escuchar, ni compra periódicos, porque sí le aturde la actualidad.

Ahora sale menos a la calle, se sienta por la mañana en el sillón de orejas, con la televisión apagada y la persiana cerrada para que no entre la luz. Espera que pase la tormenta. Así lleva más de dos años. Ya no sabe si volverá a ver la luz del día. Estos son tiempos grises, alcanza a pensar. Ha optado por su propia oscuridad. Le da miedo esa luz parda que inunda las calles. Pero sabe que cualquier día alguien llamará a la puerta y le pedirá la casa prestada. Desde que leyó el cuento de Julio Cortázar, Casa tomada, le parece que la literatura se ha adueñado del mundo y que todo anda patas arriba.

Si lo desea, puede compartir este contenido:

No hay comentarios:

Publicar un comentario