domingo, 9 de junio de 2013

Valérie Tasso: “El humor y el sexo son las distancias más cortas entre dos personas”

Sexóloga. Es licenciada en Empresas y Lenguas extranjeras aplicadas y tiene un doctorado en Interculturalidad. Valérie Tasso advierte a las mujeres: basta de fantasear con Christian Grey. En su último libro, El método Valérie, descifra los secretos para ser infalible en el sexo y la seducción. Es autora, además, de Paris, la Nuit (2004), El otro lado del sexo (2006), Antimanual de sexo (2008) y Diario de una mujer pública (2011), además de la novela Sabré cada uno de tus secretos (2010).

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—Una vez escribió un antimanual en el que se ciscaba en los manuales de sexo, y ahora les propone a las mujeres un nuevo método. ¿En qué quedamos: hay o no recetas para el sexo?

—No hay recetas. Son claves más o menos basadas en la experiencia. No es otro manual, pero puede parecerlo. Ayer me dijeron: “¿Me puede decir que es infalible?”. Le dije: “Perdona, cariño, no hay contrato con letra pequeña. Aquí no puedo asegurar nada”.

—“No es lo mismo seducir que ligar”. Dígame las diferencias.

—Hay una diferencia abismal. El ligar consiste en un acuerdo implícito, en el fondo, entre dos personas que buscan lo mismo. Seducir viene de la etimología seducere, que significa "sacar de sí", "guiar a algo", "sacar a alguien de sí mismo". Un ejemplo: el proceso de seducción es un arte porque la otra persona no sabe, es más, no va a querer. Por lo tanto, la seducción es un proceso un poco engañoso.

—“El sexo es la distancia más corta entre dos personas”. ¿Son criaturas solitarias quienes practican el sexo virtual?

—Muy buena pregunta. Yo creo que están más necesitados que nunca de compañía.

—Su libro es un recetario para mujeres. ¿Será por eso que atrae más a los hombres?

—No lo dudes. De hecho, en el fondo, el protagonista es el hombre. Espero que atraiga más a los hombres. A ver si aprenden (ríe). Lo digo en broma, porque los quiero mucho.

—El tamaño importa si no se hacen comparaciones con Nacho Vidal. ¿No me dirá que en el término medio está la virtud?

(Ríe). Nunca me han gustado los términos medios ni las cosas tibias.

—Pere Estupinyá asegura que “el sexo es la actividad que nos hace sentir más felices”. ¿Antes o después de que nos toque la lotería?

(Ríe). Después de que nos toque la lotería. Me mojo mucho. Luego lo traduces como te dé la gana.

—En el prólogo de su libro dice a sus lectoras que su fin es el de que “establezcáis la paz con vosotras mismas”. ¿Tal alborotadas las ve?

—Sí. Pero yo creo que después de leer este libro se van a volver aún más locas (ríe). Sobre todo cuando lleguen al bukkake, que es una práctica extrema que está al final.

—Dice que en la seducción hay un único método, la autenticidad, aunque en ocasiones hay que interpretar. ¿En qué quedamos?

—Hombre, una cosa no quita la otra. La autenticidad también es saber que estás interpretando un papel.

—“Pone más una cabeza alta que un escote bajo”. ¿Depende también del consumidor?

(Ríe). Depende siempre también del consumidor.

—Me gusta esta frase suya: “De lo que se trata con esto de las artes amatorias no es de que volváis locas a un amante sino de que os volváis locas a vosotras mismas”.

—Ya tienes un claro ejemplo en frente tuya.

—Con su libro pretende ofrecer conocimiento en la letra y transparencia en el espíritu. Explíquese, por favor.

—Es una pena porque no llevo escote ahora mismo. Y además estamos a la misma altura (ríe).

—En su libro también hay humor, porque el humor es la distancia más corta entre dos personas. ¿Pero no era el sexo?

—Sí. Esa es la frase original. Sí, el sexo también. Entonces, rehago la frase. El humor y el sexo son las distancias más cortas entre dos personas.

—¿No le ocurrirá a usted como al personaje de Woody Allen que nunca lograba hacerlo sin reírse?

(Ríe). El humor es fundamental, pero nunca durante, cuando llegas al orgasmo. Porque es algo inefable. Si te pones a reír, aquí no se corre nadie.

—¿En tu casa o en la mía? Usted propone en la suya, porque si es un pesado, es más fácil desprenderse de él.

—Claro, porque así te puedes ir. No hagas como yo una vez, que lo llevé a mi casa al pesado de turno y le tuve que pagar el taxi. Y además con un montón de excusas.

Publicada en el diario Córdoba el 4 de junio de 2013

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