domingo, 20 de octubre de 2013

El compromiso de Leonardo Padura

Lo conocí cuando publicó El hombre que amaba a los perros, una novela que para mí un deslumbramiento, una radiografía certera de lo que fue el siglo XX y un diagnóstico y condena impecables de los regímenes totalitarios, un retrato sin ángulos del asesino de León Trotsky, Ramón Mercader, y una mirada esperanzadora y crítica sobre su Cuba natal, esa isla donde le adoran y le vapulean por igual.

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

Ahora ha vuelto a Sevilla a presentar Herejes, su última novela, igual o más ambiciosa que la anterior, en la que un cuadro de Rembrandt nos lleva a seguir el calvario persecutorio que han sufrido los judíos desde el siglo XVII.

Investigador y narrador a partes iguales, dotado de una prosa impecable y reveladora, se nos muestra hoy como una de las voces más nítidas en español desde el continente americano. Como su obra, Leonardo Padura es cercano y comprometido, profundo e irónico. O, como él mismo diría, está dotado del choteo cubano, que es esa capacidad para mofarse de todo cuanto le rodea, incluido él mismo.

Aunque tiene la nacionalidad española, no abandonará Cuba, porque él se siente un escritor cubano, un elemento más de ese paisaje que es su propia vida. Fuma cigarrillos, pero en nada desdeña los cigarros –o puros- que produce su tierra.

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

Prefiere el beisbol al fútbol, razón más que suficiente, advierte, para sentirse un extranjero allá donde el Caribe no rasca la piel. Ahora nos trae una novela de la memoria para la memoria, en la que el olvido no arrancará ni una sola página.

No hay comentarios:

Publicar un comentario