lunes, 21 de octubre de 2013

No entiendas que le gusta el hogar porque nunca sale de casa: igual le da miedo el mundo. No creas que te ama porque jamás lo viste con otra mujer: igual no os necesita a ninguna. No te atrevas a esbozar su perfil con tanta precisión: muchas veces, en el trazo descuidado, se esconde el corazón más severo. No le digas, así como así, nunca dejaré de quererte, porque nadie se quiere quedar en el mismo lugar para siempre. Si no le presionas y nunca mira la puerta cuando está cerrada, es que no se quiere mudar de habitación. Caliéntale un café y siéntate a su lado: eso es que necesita a alguien. Igual puedes ser tú.

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