lunes, 16 de diciembre de 2013

Dudas

Cuando despertó, ella dormía a su lado. No la oyó cuando abrió la puerta ni cuando se metió en la cama. Por lo tanto, no podía calcular la hora de su llegada. Sabía, eso sí, que era más bien tarde. Dormía con una placidez que le tranquilizó. Debe tener peces en el alma, pensó. Él no lo sabía, pero ella, en efecto, soñaba con peces, rojos y pequeños. Como no había amanecido, optó por conciliar el sueño. Y dentro de él vio un mar habitado por una inmensa cantidad de peces rojos y pequeños. Le extrañó esa imagen, porque siempre pensó que los peces rojos eran de agua dulce. Cuando despertó de nuevo, había olvidado el sueño. El día era claro y un aroma a café recién hecho le devolvió las dudas y la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario