domingo, 10 de febrero de 2013

Álvaro Campillo: “No podemos estar toda la vida reduciendo calorías”

Experto en Metodología Científica aplicada al Estudio de la Nutrición y la Obesidad, publica Toda la verdad sobre la dieta Dukan, un método para adelgazar y prevenir la diabetes, el Alzheimer y el cáncer. Álvaro Campillo es además cirujano y mago. Autor del libro Adelgazar para Ejecutivos (Plataforma, 2012). Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional Profesor Barea (2006 y 2008), el de la Cátedra Pfizer a la Innovación y Excelencia en Gestión Clínica (2007) y el Nacional de Investigación CTO-Ulysses (2009).

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FOTO: MIGUEL ÁNGEL LEÓN

—El método Dukan. ¿En qué consiste esta dieta?

—Consiste en reducir los hidratos de carbono que consumimos a lo largo del día. Se estructura en cuatro fases.

—No se pasa hambre, uno se siente guapo y pierde diez kilos en dos meses. ¿No resulta demasiado fácil?

—No es fácil porque el cerebro está enganchado a los hidratos y al reducirlos nos castiga durante la primera y segunda semanas. El azúcar es una droga, básicamente.

—¿Por qué la reacción tan feroz de los nutricionistas a este método? ¿Ven peligrar sus consultas?

—Sí. Exacto. De hecho, hay una dieta similar pero en base a sobres que tienes que ir a pagarlas a la consulta. Lo han hecho siete hospitales de España y lo avalan todos los endocrinos y médicos de España.

—Según usted, las dietas cetogénicas, bajas en hidratos de carbono e hiperproteicas, son las más saludables. Entonces, ¿por qué esa leyenda negra?

—Según la ciencia. No es mi opinión solo. Y la leyenda negra por la cetoacidosis se da en los diabéticos tipo uno muy evolucionados. Pero a una persona que no tenga el páncreas destrozado, no puede darle una cetoacidosis. Hemos mezclado los conceptos.

—La dieta Dukan es muy beneficiosa para los diabéticos porque mejora el control glucémico.

—No solo el control glucémico, sino que baja el colesterol malo y disuelve el bueno, y te baja los triglicéridos.

—Usted es cirujano, escribe sobre dietas para adelgazar y además es mago. ¿No hay ningún truco para adelgazar sin tener que privarse de tantos placeres cotidianos?

—No. Básicamente anestesiarte y estar dormido durante unas semanas.

—Publicó el libro en una editorial online, y el doctor Dukan le llamó para decirle que le había gustado. ¿Le ayudó a vender libros?

—Bueno, tampoco sé si se han vendido o no. Pero sí que evidentemente ayuda a nivel de publicitarlo.

—Los nutricionistas franceses acusaron a Dukan de divulgar una dieta fraudulenta. ¿Todo quedó en aguas de borrajas?

—Sí. Se ha resuelto el juicio. Los tribunales le han dado la razón a Dukan.

—¿Usted es capaz de asegurar que con su libro y la ayuda del médico de cabecera podemos adelgazar de forma y sana y sin renunciar a grandes cosas?

—Sí. Sí. Seguro. Es más. Hay que tener un poquito de disciplina, y al final no tanta. Y puedes incluso disfrutar de las comidas con los amigos y el disfrute de los fines de semana.

—Dice que las dietas basadas en reducir calorías y hacer ejercicio no son efectivas a medio plazo. A los seis meses se llega al estancamiento.

—Exacto. No es que lo diga yo. Es que los estudios lo demuestran. Por eso, es un problema para el paciente pero es una virtud para el que tiene una consulta particular. Porque te volverán.

—¿Por qué las dietas fallan y al final volvemos a recuperar los kilos perdidos?

—Porque básicamente reducen calorías. No podemos estar toda la vida así, salvo que estuviéramos en un campo de concentración o así. Y otras dietas que nos reducen no nos enseñan a comer. Este método en concreto sí que ayuda.

—Con la dieta Dukan, al menos una vez a la semana, hay que hacer un día completo de cetosis. Explíquese.

—Bueno, es tomar la mitad de tu peso, como mucho, en gramos de hidratos de carbono ese día. Con eso estamos quemando grasa todo el día y de forma muy potente. Ese día puedes tomar carne, pescado, setas, incluso queso y algo de embutido sin ningún problema.

—El cáncer solo se alimenta de azúcar. Le van a perseguir los pasteleros y dueños de confiterías.

—Puede ser. Ya hubo problemas en Estados Unidos con las azucareras y obligaron a poner recomendaciones de azúcar al día que no existen fisiológicamente. Lo ideal sería cambiar el concepto y que hicieran masa de pizza y panes bajos en hidratos de carbono. Y podríamos seguir disfrutando de estos alimentos que están muy buenos.

—Eso de hacer magia no lo aplica a la medicina. ¿Verdad? Lo digo para que no se confíen los más comodones.

—Lo uso más como cuestión psicológica para ayudar a los pacientes. Siempre ayuda el trato humano y cercano.

Publicado en el diario Córdoba el 28 de enero de 2013

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