viernes, 1 de marzo de 2013

David Tejera: “Miento sobre Letizia echándole piropos”

Periodista y escritor. David Tejera trabaja en Telecinco y Cuatro. Fue pareja de Letizia Ortiz antes de conocer al príncipe. Aunque siendo periodista, o tal vez por serlo, sus compañeros de profesión no le hacen demasiado hincapié en el tema, del que él, por cierto, prefiere no hablar, o hablar lo menos. Y menos aún entrar en detalles minuciosos. Reconoce, eso sí, que ha recibido consejos –más que amenazas- sobre la efectividad de su discreción. Ahora publica Seis peces azules, novela con la que obtuvo el XLIV Premio Ateneo de Sevilla.

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FOTO: MIGUEL ÁNGEL LEÓN

—En su libro todos son felices o aspiran a la felicidad. ¿Se ha olvidado del tiempo que nos ha tocado vivir?

—Son un desafío al tiempo que nos ha tocado vivir. Yo creo que esos personajes se rebelan contra situaciones como la que estamos viviendo ahora mismo.

—Dígame cinco tipos de felicidad diferentes.

—Siguiendo un poco el argumento del libro, te hablaría de la felicidad como reto, la felicidad como sentimiento, la felicidad material, la felicidad de la identidad y, por último, la felicidad de la tranquilidad.

—Dice usted de su libro: “Un viaje a solas con nosotros mismos y nuestros sentimientos”. ¿Hacia dónde vamos?

—Yo creo que en ese viaje vamos a las entrañas, a la esencia de cada uno de nosotros. Es un viaje con luces y sombras.

—Su libro es sobre todo la aventura y el desafío de vivir. ¿No me dirá que se ha inspirado en la realidad?

(Ríe). La aventura nos espera al otro lado de la puerta de casa y el desafío es ser capaz de cruzar la puerta.

—Su libro huele a mar, a piña seca, a lima, a té verde. Pero también a lodo, a mierda de camellos y de vacas. ¿Hay que leerlo tapándonos la nariz?

(Ríe). Creo que no. Cuando vamos al campo y huele a vaca, lo agradecemos. Y no todo tiene que oler perfectamente para que sea de verdad.

—El Jehangir, el diamante de su novela, es de 83 quilates, existe y tiene forma de lágrima. ¿Qué mujeres llorarían por encontrarlo?

—Yo diría que solo haría llorar a quien no sabe de la vida.

—Seis peces azules de cristal. ¿De qué va esto?

—Esto va de sentirse parte de un todo. Y va de las conexiones invisibles que hay entre nosotros.

—Ahora escribe novelas. ¿Intenta huir de la profesión porque ve cómo está el patio?

—No. El patio está como está y no hay que huir de él, sino plantarle cara.

—Dedica el libro a aquellos que “se atreven a pensar por sí mismos”. ¿Son criaturas en vías de extinción?

—Son los dinosaurios del siglo XXI.

—También se lo dedica a “los que resisten en medio de este festín de parásitos”. Veo que se ha acordado de media humanidad.

—Como poco. El festín de parásitos, puestos uno detrás de otro, llenaría cinco novelas como la mía.

—“Me encanta cómo suenan las palabras”. Dígame: ¿A qué suenan?

—Espero que las mías suenen a verdad y suenen auténticas.

—¿Todavía le preguntan los periodistas por Letizia Ortiz?

—Me preguntan en pétit comité porque en público no se atreven.

—¿Y qué suele responder?

—La verdad. Es decir, lo que no se ha publicado.

—Dígame para contarlo.

—Cuando me preguntan por ella tendría tres caminos posibles. El primero, mentir echándole piropos. El segundo, contar la verdad y cargar contra ella. Y el tercero, dejar que la gente llegue a sus propias conclusiones. Y a mí, la gente que me merece la pena es la que llega a sus conclusiones, pues me parece el mejor de los caminos. Ni me interesa cargar contra ella ni me interesa adularla como hacen otros falsamente. Ni lo uno ni lo otro. Cada cual que llegue a sus conclusiones. Creo que ya las tienen. Por lo menos la gente que a mí me importa.

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