Leonardo Padura nació en La Habana en 1955. Guionista, periodista, crítico y novelista, ha sido galardonado este año con el Premio Princesa de Asturias de las Letras y publica el libro de relatos Aquello estaba deseando ocurrir. Posiblemente el mejor narrador cubano del momento. Autor de una obra magistral, El hombre que amaba a los perros, un diagnóstico certero del siglo XX. Mario Conde, en sus páginas, no es un banquero, sino un ser entrañable. Descubrirlo ya debe ser un esfuerzo del lector.
FOTO: Elisa Arroyo
- En uno de sus relatos, Valeria pregunta: “¿No te da miedo dejarlo todo?” Fonseca responde: “Es que yo no tengo nada”. ¿Eso es Cuba?
- Para muchos cubanos, eso es Cuba. Y por eso es que muchos han decidido emigrar.
- A todos sus personajes les supera el destino o el azar, la derrota o la melancolía.
- Sí. Porque el azar, la derrota, la melancolía, el destino son parte de la vida y yo trato, de alguna forma, de reflejar la vida en cada uno de estos cuentos.
- Como escritor, que escribe desde Cuba, ¿es imposible escapar a la realidad?
- Casi imposible. Creo que la realidad cubana es tan peculiar y tan omnipresente que las peculiaridades y la omnipresencia nos persiguen.
- En los años duros, pensó en salir de la isla. Prefirió la supervivencia al exilio.
- Sí. Porque, sobre todo, creo que la literatura y el sentido de pertenencia me ataron a Cuba. Y ahí sigo. En el mismo sitio donde nací y donde he vivido toda mi vida escribiendo mis libros.
- La guerra de Angola recorre las páginas de este libro. Dejó huella en su generación.
- No sé si en toda la generación, pero en muchos de los que estuvimos, de una forma o de otra, o en Angola o cerca de Angola, dejó una huella. En todo caso, en mí la dejó. Yo estuve allí un año y en mí la dejó.
- De qué modo.
- Una huella humana muy dolorosa pero útil, porque en Angola conocí, en una situación límite, lo mejor y lo peor del ser humano.
- Los creadores en Cuba os sentís ahora más libres y necesitáis soltar cosas que lleváis dentro. ¿También es su caso?
- Siempre necesito soltar muchas cosas que llevo dentro y por eso, cada vez que voy a escribir un libro, me pregunto para qué lo voy a escribir. No por qué, sino para qué.
- En los años 90 se rompe toda esperanza. Exilio, alcohol, prostitución y desengaño. ¿Eso era el futuro?
- No fue el futuro que se prometía y que se esperaba, pero ha sido una parte del presente cubano todavía hasta hoy.
- Usted es un cubano privilegiado. Sale y entra a la isla. Vende libros. Gana dinero. ¿Cómo se lo pagan allá?
- A veces, bien. A veces, no tan bien. Lo importante es que mis libros se publican en Cuba y tengo en mi país una gran cantidad de lectores. Los lectores más fieles y más devotos los tengo en Cuba y siento un gran compromiso por ellos.
- Dice usted: “Creo que nadie, yéndose de Cuba, se va del todo”. ¿Tanto apego a la tierra?
- La experiencia que tengo es que muchos cubanos que se van de Cuba nunca terminan de irse. Es una experiencia que he comprobado muchas veces.
- ¿Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos han rebajado las tensiones en la isla?
- Yo creo que sí y que empiezan a verse los primeros resultados. Se acaba de anunciar que va a haber comunicaciones telefónicas entre Cuba y Estados Unidos. Imagínate que hasta el correo postal era un problema. Así que creo que se irán resolviendo algunas cosas importantes.
- Mario Conde llega al cine con Vientos de cuaresma y a la televisión con cuatro películas de 90 milímetros. ¿Cuándo las veremos?
- Espero que el año que viene.
- ¿Los guiones le roban todo el tiempo o todavía podremos leer algún otro libro suyo?
- Entre novela y novela me gusta escribir algo, porque escribo siempre. Y los guiones llegaron justo cuando terminaba Herejes. Y justo cuando terminé los guiones, he empezado una nueva novela. Así que espero que dentro de un par de años estemos otra vez conversando tú y yo sobre la nueva novela.
(Publicado en el diario Córdoba el 12 de junio de 2015)

FOTO: Elisa Arroyo
- En uno de sus relatos, Valeria pregunta: “¿No te da miedo dejarlo todo?” Fonseca responde: “Es que yo no tengo nada”. ¿Eso es Cuba?
- Para muchos cubanos, eso es Cuba. Y por eso es que muchos han decidido emigrar.
- A todos sus personajes les supera el destino o el azar, la derrota o la melancolía.
- Sí. Porque el azar, la derrota, la melancolía, el destino son parte de la vida y yo trato, de alguna forma, de reflejar la vida en cada uno de estos cuentos.
- Como escritor, que escribe desde Cuba, ¿es imposible escapar a la realidad?
- Casi imposible. Creo que la realidad cubana es tan peculiar y tan omnipresente que las peculiaridades y la omnipresencia nos persiguen.
- En los años duros, pensó en salir de la isla. Prefirió la supervivencia al exilio.
- Sí. Porque, sobre todo, creo que la literatura y el sentido de pertenencia me ataron a Cuba. Y ahí sigo. En el mismo sitio donde nací y donde he vivido toda mi vida escribiendo mis libros.
- La guerra de Angola recorre las páginas de este libro. Dejó huella en su generación.
- No sé si en toda la generación, pero en muchos de los que estuvimos, de una forma o de otra, o en Angola o cerca de Angola, dejó una huella. En todo caso, en mí la dejó. Yo estuve allí un año y en mí la dejó.
- De qué modo.
- Una huella humana muy dolorosa pero útil, porque en Angola conocí, en una situación límite, lo mejor y lo peor del ser humano.
- Los creadores en Cuba os sentís ahora más libres y necesitáis soltar cosas que lleváis dentro. ¿También es su caso?
- Siempre necesito soltar muchas cosas que llevo dentro y por eso, cada vez que voy a escribir un libro, me pregunto para qué lo voy a escribir. No por qué, sino para qué.
- En los años 90 se rompe toda esperanza. Exilio, alcohol, prostitución y desengaño. ¿Eso era el futuro?
- No fue el futuro que se prometía y que se esperaba, pero ha sido una parte del presente cubano todavía hasta hoy.
- Usted es un cubano privilegiado. Sale y entra a la isla. Vende libros. Gana dinero. ¿Cómo se lo pagan allá?
- A veces, bien. A veces, no tan bien. Lo importante es que mis libros se publican en Cuba y tengo en mi país una gran cantidad de lectores. Los lectores más fieles y más devotos los tengo en Cuba y siento un gran compromiso por ellos.
- Dice usted: “Creo que nadie, yéndose de Cuba, se va del todo”. ¿Tanto apego a la tierra?
- La experiencia que tengo es que muchos cubanos que se van de Cuba nunca terminan de irse. Es una experiencia que he comprobado muchas veces.
- ¿Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos han rebajado las tensiones en la isla?
- Yo creo que sí y que empiezan a verse los primeros resultados. Se acaba de anunciar que va a haber comunicaciones telefónicas entre Cuba y Estados Unidos. Imagínate que hasta el correo postal era un problema. Así que creo que se irán resolviendo algunas cosas importantes.
- Mario Conde llega al cine con Vientos de cuaresma y a la televisión con cuatro películas de 90 milímetros. ¿Cuándo las veremos?
- Espero que el año que viene.
- ¿Los guiones le roban todo el tiempo o todavía podremos leer algún otro libro suyo?
- Entre novela y novela me gusta escribir algo, porque escribo siempre. Y los guiones llegaron justo cuando terminaba Herejes. Y justo cuando terminé los guiones, he empezado una nueva novela. Así que espero que dentro de un par de años estemos otra vez conversando tú y yo sobre la nueva novela.
(Publicado en el diario Córdoba el 12 de junio de 2015)
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